¿Por qué esta foto?

SEBASTIÁN SFRISO

Subsecretario de cultura

¿Qué es esa foto?

Se encuentra en la portada de uno de nuestros cuadrípticos (hablamos raro, hay algo freaky en la masonería), y bueno, no. No es un mensaje encriptado, Es un símbolo: hablemos claro.

Lo que ven, son las puertas de nuestra casa, abiertas de par en par, y a un masón de verdad, de los que vienen aquí a trabajar. Está haciendo como piruetas, en un equilibrio frágil.

Eso también es un símbolo (y una realidad), no solo para los masones: para todos, la vida es un equilibrio más frágil de lo que desearíamos. Solo una cosa firme allí: la ruda piedra, trabajada con esfuerzo, tallada con amor, decorada con una escuadra y un compás: herramientas de trabajo.

Es el trabajo de quienes nos precedieron en esta ardua tarea de vivir y de pensar. Esa piedra es un símbolo de cada uno de nosotros, que aspira a trabajarse para alcanzar la solidez. Para que una construcción sea posible. No construimos un muro, construimos una casa: a eso llamamos fraternidad.

Escribió Newton a Hooke: «Si logré ver más lejos, es porque pude subir a hombros de gigantes». Lo dijo Newton, pero se venía diciendo hacía siglos. Ese gigante es el pasado, el conjunto de lo vivido, padecido, experimentado y aprendido por quienes nos precedieron. Subidos con humildad a esos hombros firmes, podemos ver más lejos. Acaso un nuevo horizonte, acaso el futuro. Esta humilde pirueta, pero eficaz, es lo que llamamos cultura. Y lo que la masonería propone a los hombres y a las mujeres que creen que vale la pena mirar más allá. Para que nuestras vidas valgan la pena y porque, en el fondo, todos somos (y todos fueron) unos raros enanos.