La Masonería en la época del coronavirus
José Roque Pérez
Fundador y primer Gran Maestre de la Gran Logia de Argentina, destacado hombre público que no dudó en entregar su vida por la fiebre amarilla durante la epidemia de 1871.
Un día como hoy, 26 de marzo de 1871, moría José Roque Perez. Víctima de la fiebre amarilla. Cordobés, residente en Buenos Aires. Y el primer Gran Maestre de la Gran Logia de Argentina.
Miren este cuadro. Es un óleo del uruguayo Juan Manuel Blanes. Lleva por título Episodio de la fiebre amarilla.
Cuando en 1871 se desató la epidemia muchos huyeron. Roque Pérez, no. Ni el doctor doctor Manuel F. Argerich, retratado en la pintura junto a nuestro primer Gran Maestre.
Corría el año 1871. Nuestro Hermano Domingo Faustino Sarmiento gobernaba el país.
Él tampoco se fue. Por esa época inauguró la Exposición Nacional de Córdoba que dio un impulso formidable al trabajo argentino, al desarrollo de la industria y de la ciencia.
Mientras eso ocurría en Córdoba, un cordobés, nuestro primer Gran Maestre, se puso al hombro la tarea de conducir la crisis de la fiebre amarilla y de asistir a la población más vulnerable.
Quienes pudieron, escaparon en estampida hacia el norte. Muchos, como Roque Pérez y Manuel Argerich, eligieron quedarse y dar la batalla. Ambos perdieron la vida. Miren este cuadro: preside el despacho de nuestro Gran Maestre.
Y es un recordatorio constante para todos nosotros del compromiso filantrópico irrenunciable con nuestra sociedad.
William Henry Hudson fue un norteamericano, nieto de ingleses que nació en Quilmes. Participó en la lucha contra la fiebre amarilla antes de establecerse en Inglaterra.
Escribió un cuento, un largo cuento, Ralph Herne, traducido al español por Alicia Jurado. La tapa del libro es el óleo de Blanes y el capítulo 1 lleva por título El cuadro: un preámbulo.
Cito: “Era en verdad un cuadro impresionante y, aunque es fácil equivocarse en esto para quien no es artista, creo que en nuestra Real Academia lo habrían juzgado digno de un lugar…”
Miren este cuadro y, si pueden, lean ese libro.
El 26 de marzo de 1871 moría José Roque Pérez pero no su memoria, ni su legado.
Fundador de nuestra Gran Logia, nos dejó una enseñanza grabada a fuego.
Al recordarlo hoy, recordamos a todos los hombres y mujeres de ciencia, médicos, médicas, enfermeras, enfermeros, voluntarios y voluntarias que dieron su vida en aquel fatídico 1871.
Y a quienes lo hacen hoy frente a la pandemia del COVID-19.
Un saludo a todos ustedes, hermanos, hermanas, compatriotas.
La fiebre amarilla pasó. También el Coronavirus pasará.
Y entonces reabriremos nuestra casa y los esperaremos para ver este cuadro que es un símbolo de fraternidad, de solidaridad, de templanza.